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Reflexión sobre Flipped Classroom

  • Mª Carmen Giraldo Pérez
  • 14 sept 2017
  • 2 Min. de lectura

Es difícil, si te mueves en un entorno educativo, eres docente y te gusta estar al día en tu trabajo, no haber oído hablar de la clase invertida o Flipped Classroom. Investigando un poco, se aprecia cierta confusión entre los términos Flipped Classroom y Flipped learning. Algunos los utilizan como si fuesen sinónimos y otros matizan el significado de cada uno para que puedan verse sus diferencias. Respecto a esto encontré un reporte del Observatorio de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey (oct 2014) en el que se refieren al aprendizaje invertido como un enfoque pedagógico en el que la instrucción se realiza fuera del aula y el tiempo presencial se utiliza para el desarrollo de actividades de aprendizaje significativo y personalizado. Sin embargo el aula invertida haría referencia a una forma de trabajar en la que se asigna a los estudiantes textos, vídeos o contenidos adicionales para revisar antes de la clase presencial, pero el tiempo en el aula no implica necesariamente un cambio en la dinámica de la clase, por tanto puede o no llevar a un aprendizaje invertido.

Está claro que si como docente estas continuamente buscando la mejor manera de que tus alumnos aprendan, no podemos conformarnos con la teoría, porque para convencerse o no de las bondades de un modelo hay que experimentarlo. Tampoco podemos pecar de juzgar precipitadamente porque eso nos puede llevar a conclusiones erróneas. Hay que tener en cuenta que cuando es la primera vez que experimentas algo en clase, no siempre se cumplen tus expectativas ya que éstas a priori se entiende que son altas y hay que estar dispuestos a aprender intentándolo. Para poder mejorar la experiencia es necesario un poco de paciencia. Dando tiempo al tiempo es posible detectar fallos que se cometen y buscar soluciones a los problemas que aparecen. Sin embargo también podemos anticiparnos a algunos de esos problemas porque tenemos la suerte de compartir información y detalles de nuestra práctica docente, para que otros puedan conocer que estrategias han funcionado, en qué condiciones, con quién, etc. Gracias a los cursos formativos, a las comunidades online de profesores y a la información que encontramos investigando en la web, podemos conocer a través de otros que lo han experimentado cuales son los puntos fuertes y débiles del modelo de clase invertida y eso nos permite analizarla y reflexionar más en profundidad. Es así como una se da cuenta de que la eficacia de este modelo depende de la planificación, el diseño de actividades significativas organizadas por niveles de dificultad, la creación o elección de materiales de calidad, la atención a la diversidad, el seguimiento personalizado y la participación de los alumnos.


 
 
 

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